Paz de Ariporo, Casanare. Después de dos años de inactividad, el aeropuerto del municipio de Paz de Ariporo retoma operaciones gracias a una inversión pública que supera los 2.700 millones de pesos. Aunque la reapertura marca un avance importante para la conectividad aérea del norte del departamento, plantea también interrogantes sobre la sostenibilidad del proyecto y la verdadera articulación institucional para garantizar su funcionamiento a largo plazo.
La decisión de reactivar esta infraestructura responde a la necesidad urgente de mejorar el acceso y la movilidad regional, particularmente en una zona históricamente relegada en materia de transporte aéreo. Las obras incluyen limpieza de rocería, adecuaciones del lado aire, instalación de un sistema de alumbrado solar perimetral y la demarcación de pista y plataforma, entre otros ajustes técnicos que permitirán cumplir con los requerimientos de la Aeronáutica Civil.
La empresa Convexas fue adjudicada para la ejecución de trabajos por un valor de $521.797.838, mientras que otros contratos contemplan una inversión de $1.260 millones en adecuaciones de pista y plataforma, además de $500 millones para mejoras generales.
Durante una audiencia pública realizada el 23 de mayo en el Concejo Municipal de Paz de Ariporo, el Director Regional Oriente de la Aeronáutica Civil, Andrés Jaramillo, enfatizó la necesidad de garantizar la operatividad continua del aeropuerto, no solo con infraestructura, sino también con un plan estratégico que incluya un estudio de mercado, contacto con aerolíneas, y articulación con entidades locales, departamentales y nacionales.
Más que Infraestructura: Un Reto de Gestión y Planeación
La reapertura del aeropuerto no debe entenderse únicamente como la culminación de una obra física, sino como el inicio de una etapa que exige gestión constante, seguimiento técnico, y un modelo sostenible que asegure vuelos comerciales regulares. La historia reciente de terminales aéreas en la región evidencia que la inversión en infraestructura, sin planificación operativa y sin demanda sostenida, termina en elefantes blancos.
Es evidente que esta acción no puede quedarse en el anuncio de cifras y contrataciones. El municipio y el departamento enfrentan desafíos estructurales en cobertura vial, acceso a servicios públicos, generación de empleo formal y diversificación económica. En ese contexto, el aeropuerto puede ser una pieza estratégica del rompecabezas del desarrollo, pero no una solución mágica ni aislada.
Paz de Ariporo, con su ubicación geográfica clave en la Orinoquía, tiene potencial para convertirse en un nodo logístico y comercial, especialmente si se logra articular la infraestructura aérea con el desarrollo productivo de la región: ganadería, agroindustria, turismo de naturaleza y servicios.
Un Llamado a la Responsabilidad Colectiva
Más allá de los anuncios y los reconocimientos institucionales, la reapertura del aeropuerto interpela a todos los actores sociales: empresarios, comerciantes, comunidad organizada, medios de comunicación, y, por supuesto, a las autoridades. Como lo expresó el Director Regional de la Aeronáutica, “el balón está en la cancha de todos nosotros”.
Ese “todos” implica compromiso ciudadano para vigilar que los recursos públicos se ejecuten con transparencia; que se exijan rutas aéreas útiles y frecuentes; y que no se permita que esta reapertura sea una cortina de humo o un titular más para inflar balances de gestión.
La reactivación del aeropuerto de Paz de Ariporo puede ser un símbolo de esperanza y transformación para Casanare, pero solo si se acompaña con visión, responsabilidad y trabajo conjunto. De lo contrario, volveremos a escribir en unos años sobre otro aeropuerto cerrado, otra inversión perdida, y otra promesa sin cumplir