La Policía del Departamento de Casanare ha revelado nuevos detalles en torno al brutal asesinato de Campo Elías Urrutia Vargas, un reconocido arrocero y exdocente, ocurrido en una zona rural de Tauramena.
Las autoridades investigan la posibilidad de que el crimen esté ligado a una banda organizada especializada en asaltos a predios rurales.
Según la narración oficial del coronel Pablo Javier Galindo Valencia, comandante de la Policía de Casanare, los hechos se reportaron a las autoridades alrededor de las 9 de la noche del pasado lunes 15 de diciembre.
La investigación preliminar indica que, aproximadamente a las 4 de la tarde de ese mismo día, tres individuos irrumpieron en la finca del señor Urrutia Vargas. Dos de los asaltantes portaban armas blancas, mientras que el tercero empuñaba un revólver, lo que sugiere un alto grado de premeditación y violencia.
Una vez dentro de la propiedad, los sospechosos procedieron a intimidar a las cinco personas que se encontraban en el lugar, incluyendo a Urrutia Vargas.
Acto seguido, amordazaron a las víctimas y comenzaron a sustraer sus pertenencias. Entre los objetos robados se encontraban tarjetas bancarias, cuyas claves de acceso fueron obtenidas bajo amenaza. Los delincuentes realizaron múltiples transacciones con estas tarjetas.
La situación escaló cuando los asaltantes confrontaron directamente a Campo Elías Urrutia Vargas, exigiéndole información adicional sobre sus productos financieros con el objetivo de robar más dinero.
Ante la rotunda negativa del arrocero a ceder a sus demandas, los criminales le quitaron la vida. Este acto de extrema violencia subraya la crueldad y determinación de los perpetradores.
El coronel Galindo Valencia indicó que una de las principales líneas de investigación apunta a determinar si los responsables forman parte de una estructura criminal organizada que emplea un *modus operandi* similar para asaltar predios rurales en la región.
Así mismo, las autoridades están analizando los desplazamientos que pudieron haber realizado los delincuentes entre la finca, ubicada en la vereda Villa Rosa, y el casco urbano de Tauramena para manipular las cuentas bancarias.
Un elemento clave en la investigación es el hallazgo de dos motocicletas, presuntamente robadas de la finca de Urrutia Vargas, que fueron abandonadas cerca de un centro educativo Siglo XXI.
La Policía trabaja para conectar estos indicios y llevar a los responsables ante la justicia, mientras la comunidad de Tauramena permanece consternada por la brutalidad del crimen.