El famoso dramaturgo George Bernard Shaw afirmó con razón: «El peor pecado hacia nuestras criaturas semejantes no es odiarlas, sino ser indiferentes a ellas». A menudo, nuestra fauna silvestre sufre las consecuencias de la imprudencia, la crueldad y la indiferencia humana. Estos animales, en busca de alimento o huyendo de la contaminación y la deforestación, abandonan sus hábitats naturales solo para encontrarse con peligros urbanos.
Esta semana, en Monterrey – Casanare, un llamado urgente de la comunidad. El motivo: el hallazgo de un oso palmero en condiciones críticas de salud. Este individuo estaba plagado de miasis, una infestación de parásitos que se alimentan de sus tejidos vivos, muertos y líquidos corporales. Además, padecía septicemia, una complicación que impide que su organismo funcione correctamente y lo mantiene en estado de shock.
Los especialistas están brindando atención especializada al oso, administrando medicamentos y líquidos vía intravenosa en un esfuerzo por salvarlo. El proceso de tratamiento es delicado y requiere supervisión constante, incluyendo la aplicación regular de antisépticos para tratar sus heridas».
La comunidad desempeñó un papel crucial al brindar información sobre este oso hormiguero en apuros. Este acto de solidaridad ofrece una segunda oportunidad para que el oso vuelva a su hábitat natural.
En lo que va del año 2023, se han rehabilitado a un total de 1344 individuos, resultado de entregas voluntarias, incautaciones o rescates. Esta cifra incluye 395 aves, 205 mamíferos y 744 reptiles.
Corporinoquia hace un llamado a las comunidades a solidarizarse con la vida silvestre y proteger la riqueza natural de la Orinoquía. La caza y el tráfico de fauna son amenazas que debemos combatir juntos. Si tiene conocimiento de personas que mantienen ilegalmente animales silvestres en sus hogares, denúncielo. Estos seres merecen vivir en su entorno. Protejamos y preservemos nuestra herencia natural.